• ¿Te quieres inscribir en el grupo?
  • Mis videos
  • Analisis y opiniones deportivas
    • Modric y Kroos
    • Benzema: un delantero con alma de enganche.
    • ¿Cristiano o Messi?
    • Buffon
    • Memo Ochoa
    • San Oswaldo
    • Andrea Pirlo
    • Como apostar a la MLB
    • Canelo
  • Grupos GRATIS
  • Resultados 2022
Cristian Rey

San Oswaldo 

México siempre se ha caracterizado por ser un país que fervientemente cree en los milagros. Particularmente los aficionados al fútbol alimentaron esa convicción durante más de veinte años, presenciando cantidad de fenómenos sobrenaturales en el campo, obra de un santo poco convencional que edificó su templo bajo los tres palos de su portería. Mientras en la tribuna la gente unía las palmas en señal de plegaria, aquel guardameta juntaba las manos para atrapar entre ellas el balón más imposible. Ése era Oswaldo Sánchez. San Oswaldo.

La historia nos ha enseñado que en el fútbol ningún jugador es imprescindible, pero el arquero jalisciense refutó esa máxima del balompié y se convirtió en el jugador con más apariciones en la Primera División de México. A Oswaldo Sánchez había que ponerlo de titular con el firme convencimiento del devoto que no sale de su casa sin su amuleto bendecido. Y nadie agradecía más esa titularidad que el aficionado. El portero mexicano incrementó los precios de las tribunas ubicadas detrás del marco que, históricamente desdeñadas por su deficiente visibilidad al resto del campo, habían encontrado en el camiseta número uno su propio espectáculo privado, uno de los más cotizados por la afición mexicana.

Las milagrosas atajadas de Oswaldo le valieron el reconocimiento tanto de simpatizantes como adversarios. Defendió camisetas muy dispares, como las de Atlas y Chivas, pero el color de la playera era lo de menos: los guantes de Sánchez eran un símbolo de autoridad y respeto para cualquier aficionado. Cuando el cancerbero se adueñó del arco de la Selección Mexicana sus detractores agradecieron que por primera vez aquel que tantas alegrías le había robado a sus equipos por fin estaría de su lado. Y el oriundo de Guadalajara se convirtió en uno de los referentes de uno de los mejores ‘Tricolores’ de la historia, ganando el Guante de Oro en la Confederaciones 2005, donde frenó a Ronaldinho y Adriano.

Algunos santos tienen el atributo de transformarse, y si bien Oswaldo Sánchez no compartía dicha característica, dentro del terreno de juego tenía más semejanza con las arañas que con los seres humanos. Llegaba el remate a su portería y desviaba con un puño; atajaba el rebote recostándose de lado y a contramano; cuando aparentemente estaba vencido, terminaba la función deteniendo un tercer remate con una de sus piernas. Una serie de movimientos poco usual para las extremidades humanas y más propia de los arácnidos de ocho patas.

La pena máxima en el fútbol tiene ciertas similitudes con los fusilamientos de las revoluciones. Para el portero sometido a ejecución, atajar un penal equivale a sobrevivir a un disparo de rifle. Escapar tantas veces a una condena de muerte requiere cualidades no humanas. Y no es casualidad que sea el ex arquero rojiblanco el que más penales ha atajado en la historia de la liga con su característico ritual: ojos puestos en el cobrador, moviéndose lateralmente en la línea de cal bajo el travesaño, con los brazos extendidos y pronunciando misteriosas palabras en voz baja, como si de un conjuro se tratara. Acto seguido el arquero adivinaba la trayectoria del disparo como si el pateador se la hubiese revelado bajo el efecto de la hipnosis. Dicen los que saben que si un penal fue errado quiere decir que el cobrador lo ejecutó mal… o que a once pasos de distancia se encontraba Oswaldo.

Y no sólo recordamos a Sánchez por sus actuaciones en la portería. Si bajo el marco era protagonista y dominador, no tenía reparo en salir de su hábitat a inmiscuirse en otros frentes de batalla. Con el gafete de capitán y su explosivo carácter por delante, corría hasta la media cancha a dar la cara ante el árbitro, a veces a meterse con el rival. El show del arquero mexicano iba más allá de sus monstruosas cualidades futbolísticas. Era un espectáculo redondo y una muestra de inquebrantable liderazgo, de aquel que tanto padecen los futbolistas mexicanos. Dentro de la cancha hasta su personalidad se tornaba extraterrestre. 
​
El nombre de Oswaldo Sánchez resonará siempre en la mente de los aficionados al fútbol. Sus formidables lances siempre nos recordarán que para volar sólo hace falta un par de guantes. Sus fenomenales atajadas siempre permanecerán inexplicables. Y su brillante carrera siempre será la culpable de que los niños comiencen a preferir atajar goles que anotarlos. Gracias por darle un motivo para creer a tantos, San Oswaldo.
  • ¿Te quieres inscribir en el grupo?
  • Mis videos
  • Analisis y opiniones deportivas
    • Modric y Kroos
    • Benzema: un delantero con alma de enganche.
    • ¿Cristiano o Messi?
    • Buffon
    • Memo Ochoa
    • San Oswaldo
    • Andrea Pirlo
    • Como apostar a la MLB
    • Canelo
  • Grupos GRATIS
  • Resultados 2022